Hace varias décadas, cuando la demanda superaba a la oferta, las organizaciones no se preocupaban por temas como rentabilidad, servicio al cliente, estrategias comerciales; incluso temas como estrategias logísticas y de producción no eran necesarias ya que las organizaciones, ya sea de bienes o servicios, no se daban abasto para cubrir la demanda. En ese entonces, el nombre del juego era disponibilidad.
A medida que la globalización se comenzó a dar y que el libre mercado abrió sus puertas a grandes competidores y corporaciones nacionales e internacionales, así como la tecnología comenzó a impactar en términos de producción, logística y calidad, en ese momento se comenzó a dar un giro de 180 grados, en donde la oferta comenzaba a superar a la demanda.
Esto trajo como consecuencia que las organizaciones que ofrecían sus productos y servicios comenzaran cada vez más a pensar en transformase, buscando eficiencias y rapidez en todos sus procesos internos, así como en mejorar su oferta de valor, ya que en ese momento y hasta el día de hoy, elementos como precio, calidad, servicio al cliente y rentabilidad son prioritarios en cualquier negocio que quiera, no solo crecer, sino mantenerse en el ambiente competitivo que hoy prevalece.
En un inicio se pensó que lo anterior se podía lograr de manera independiente, es decir, las organizaciones, empresas, agencias tenían la idea de que sin el apoyo de agentes externos (cliente, proveedores, socios) era posible alcanzar su máximo potencial, en términos de innovación de producto o comercial, generación de grandes ideas, llegar más rápido a nuestros consumidores, todo esto para lograr entregar un producto o servicio que lograra no solo enaltecer los valores de la marca, sino generar una mayor lealtad.
Fueron pocos los que desde un inicio se dieron cuenta que si se trabajaba de manera colaborativa el resultado iba a ser mucho más contundente, rentable y de largo plazo. Ahí es donde surge el término “Joint Value Creation”, cuya traducción podría ser “Creación Conjunta de Valor”. Y cuando mencionamos VALOR, nos referimos a:
VALOR en el servicio
VALOR en la rentabilidad
VALOR en la innovación
VALOR en la cadena de producción
VALOR en la generación de Ideas
VALOR en una promoción
VALOR en la oferta del producto o servicio
VALOR de MARCA
Para ello, se ha tenido que romper con muchos paradigmas y barreras, ya que para generar dicho VALOR es fundamental la CONFIANZA y entender que, si queremos lograr resultados que transciendan en el tiempo y que sean sustentables, es necesario apostar, no solo al corto plazo sino también a la construcción de relaciones comerciales sólidas y perdurables. Muchas organizaciones no han generado confianza entre sus áreas internas; “Joint Value Creation” es un modelo que requiere además de la confianza entre las áreas internas de la organización, la colaboración entre diferentes organizaciones, y por ende la confianza y apertura es fundamental.
¿Cuáles son los requisitos para lograrlo?
Entender el Negocio
Debemos que tener claridad de nuestras fortalezas, oportunidades, herencias, valores, propósito, cultura. Esto nos permitirá entender con quienes podríamos desarrollar una alianza estratégica.
Contar con una Visión, Estrategia y Prioridades
Todos y cada uno de los que colaboramos en la organización debemos estar alineados a esto, los indicadores de todas las áreas deben de apuntar a una misma dirección y deben ser el habilitador de todo el equipo para alcanzar los resultados esperados.
Apertura para compartir y escuchar
No es solo el compartir información, sino poder entablar una comunicación en ambas vías que le permita a tu contraparte el lograr entender de dónde vienes como organización, en donde estas y hacía donde quieres ir. Este es el paso en donde no todas las organizaciones están preparadas para darlo, pero es fundamental para lograr avanzar hacía una verdadera colaboración.
Flexibilidad y rapidez
De esta colaboración saldrán nuevas ideas, que se podrán ver reflejadas en eficiencias en costos, en nuevas innovaciones de producto o servicios, en la generación de una gran idea comercial, en la necesidad de modificar o hacer más eficiente algún proceso interno, entre muchos otros. Si no somos flexibles y rápidos en generar dichos cambios o ajustes, alguien más lo será, robándonos participación de mercado, quitándonos a ese cliente o proveedor, lograron un mejor costo.
Ejecutar y aprender
Por último, este como cualquier otro proceso lleva su tiempo, y lo más importante es que aprendamos a medir y evaluar los resultados en todas las etapas de este. El contexto cambia todos los días de ahí lo importante que aprendamos a medir nuestros avances, que salió bien, que falto, que elemento interno o externo no permitió capitalizar una gran idea.
Como cualquier modelo, este depende de las personas y por lo tanto no es infalible. Requiere del esfuerzo de toda la organización y entre las organizaciones. Este modelo es algo que hoy en día podemos ver en diferentes categorías de negocio, desde retail, en donde tenemos clientes como Walmart, Soriana, Carrefour generando grandes ideas y valor cuando participan en conjunto con sus proveedores como Kellogg, P&G, Colgate; y de igual forma se puede dar entre empresas proveedoras de servicios como Agencias de Marketing y Publicidad con sus clientes.
La idea de este modelo “Joint Value Creation”, no es solamente ofrecer los servicios y productos con una visión unilateral, sino trabajar de manera colaborativa para la generación de grandes ideas e iniciativas innovadoras, que contribuyan al desarrollo de las organizaciones. Dichas ideas e iniciativas alineadas a la Visión y Estrategia, logrando así el crecimiento y consolidación de Grandes Marcas, satisfaciendo y enamorando a nuestros Consumidores.